Cuando la confianza se reprueba: la salida de Christian Luna no fue castigo, fue consecuencia

Cuando la confianza se reprueba: la salida de Christian Luna no fue castigo, fue consecuencia

Temixco, Morelos. — Durante la mañana de este viernes 18 de Abril, Christian Luna —ex encargado de la Secretaría de Seguridad de Temixco— ha intentado instalar en la opinión pública una narrativa de persecución política, traición y encubrimientos. Pero la realidad ya está documentada, firmada y difundida: fue separado del cargo porque no aprobó los exámenes de control y confianza, como informó el propio Gobierno del Estado de Morelos y ratificó el Ayuntamiento de Temixco mediante un comunicado oficial.

Y ahí termina todo.

Porque cuando alguien falla en el requisito más básico para ocupar un cargo de seguridad pública, no hay cabida para sentimentalismos ni teorías de complot: hay que actuar conforme a la ley.
Y eso hizo el presidente Israel Piña Labra.

La decisión se tomó el 9 de abril. Sin escándalo. Sin revancha. Sin exhibiciones. Pero un día después de ser notificado, ya fuera del gobierno, Christian Luna improvisó una conferencia de prensa donde, sin presentar una sola prueba pública, acusó al presidente municipal de pactar con el crimen, querer atentar contra integrantes del cabildo, encubrir desvíos y enriquecerse de manera ilícita.

Todo eso —según él— sucedía mientras seguía en funciones.
Pero no dijo nada.
Ni una denuncia formal, ni una evidencia entregada a la fiscalía, ni un solo acto de valentía institucional mientras tenía el cargo.
Solo declaraciones cuando ya no lo tenía.

Y si algo ha quedado claro en Temixco, es que la ciudadanía ya no se traga discursos sin sustento.
Lo dejaron claro los comentarios en redes sociales:

“Nunca debió estar ahí.”
“¿Cómo alguien con antecedentes de abuso y violencia entra a seguridad pública?”
“La gente se quejaba desde el principio.”
“Ahora resulta que el que fue dado de baja en 2009 quiere pasar por mártir.”

Se recordó también su paso por la extinta Secretaría de Seguridad Pública estatal, de donde fue destituido por mala conducta, su historial de denuncias públicas por amenazas con arma, sus presuntos vínculos con jefes de plaza, y hasta su reputación como generador de violencia de género. Todo está ahí. Nada fue nuevo. Solo se necesitaba buscar.

Entonces, ¿por qué tanta atención a quien ya había sido advertido por la misma ciudadanía desde el inicio?

Porque lo que se intenta hoy es claro: ensuciar un gobierno que sí está entregando resultados.
Hace apenas unos días, Israel Piña Labra presentó su Informe de 100 días de Gobierno con respaldo ciudadano, con datos claros, con operativos de seguridad, reducción de delitos, programas escolares y una administración que no se esconde ni ataca: trabaja.

Mientras unos hacen ruedas de prensa, el gobierno hace operativos.
Mientras otros improvisan guiones victimistas, el gobierno entrega cifras.
Mientras algunos corren a medios, el gobierno rinde cuentas.

La separación de Christian Luna no fue una venganza. Fue una consecuencia.
Y la verdad no necesita gritar: solo necesita ser verificada.

Porque cuando un exfuncionario reprobado acusa sin pruebas, la justicia no se activa.
Pero cuando un gobierno actúa conforme a derecho, el pueblo lo respalda.

Temixco ya eligió qué tipo de historia quiere construir.
Y no será con aquellos que cayeron del cargo y se revuelcan en el lodo para no aceptar que no estaban a la altura.

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