Desfile en Cuautla: los ausentes también marchan

Cuautla, Mor. — El desfile conmemorativo de la gesta heroica de 1812 se llevó a cabo. Pero fue otro el dato que se impuso: las sillas vacías, las ausencias políticas y el desdén institucional marcaron la jornada.
La gobernadora Margarita González Saravia decidió no asistir. Al principio se dijo que por salud, luego que por gestiones en Palacio Nacional. El resultado fue el mismo: no estuvo. En su lugar, mandó a la secretaria de Educación, Karla Aline Herrera Alonso, una funcionaria desconocida para la mayoría de los cuautlenses. Ni Cuauhtémoc Blanco —que ni es de aquí— se atrevió a tanto. Aunque fuera por fórmula, siempre dio la cara.
El gobierno estatal apenas aportó para lonas y un templete. Todo lo demás salió del erario municipal. La omisión se sintió como lo que fue: una bofetada presupuestal y política.
Y las ausencias siguieron. No estuvo el regidor de Morena Miguel Ángel Barranco García, ni siquiera con su tradicional contingente charro. Tampoco apareció la diputada local Carolina Ruiz. Ni el Conalep que dirige el exalcalde Rodrigo Arredondo. Ni la Escuela Sofista de Raúl Tadeo Nava. La pregunta no es si fue casualidad. La pregunta es qué se está rompiendo en Cuautla.
Este año no hubo delegaciones de otros estados. ¿La razón? El recorte de recursos ordenado desde Cuernavaca le dio la espalda a Cuautla.
El desaire al secretario estatal de Seguridad Pública, Miguel Ángel Urrutia, fue aún más simbólico. El tradicional regalo del ejido a los miembros del presidium no le fue entregado. A los otros sí. A él, nada. En redes, se leyó claro: protesta silenciosa por el abandono en seguridad.
Porque mientras la historia se celebra, el presente se desangra. Días antes del evento, circuló una campaña llamando a no asistir. El argumento: Cuautla no está para festejos cuando vive bajo amenaza. El eco fue evidente. Hubo menos público, menos venta, menos ánimo.
El único que apareció como cada año fue el senador Ángel Yáñez, montado en su caballo. Pero ni su compañera Juanita Guerra lo quiso aplaudir. La fractura está servida.
Aun así, el gobierno municipal cumplió. Organizó, sostuvo, desfiló. A pesar de los vacíos. A pesar del silencio. A pesar del desprecio institucional.
Y eso, en política, también desfila.