Entre ataques, fake news y frustración acumulada: los 100 días de Israel Piña en Temixco

Entre ataques, fake news y frustración acumulada: los 100 días de Israel Piña en Temixco

En Temixco hay algo que ya no sorprende, pero sí cansa: la guerra sucia disfrazada de debate ciudadano. Desde que inició la administración del presidente municipal Israel Piña Labra, no hay día sin que aparezca una publicación en grupos locales intentando desprestigiar su trabajo, su historia, sus decisiones… incluso sus frases.

La última tendencia: publicaciones repetidas con una línea de ataque clara. Que si trajo gente de otros municipios, que si no ha bajado el agua ni el predial, que si compró casa en Tabachines, que si su gabinete no es “puro Temixco”, como si la pureza territorial garantizara eficiencia en el servicio público.

Pero aquí viene lo que  vale la pena decir: Israel Piña no es político de carrera, es empresario. Y como tal, entró a la contienda con una promesa que incomodó a muchos: hacer las cosas diferentes. Llegó sin estructura política, sin “tribus” partidistas, sin compromisos con los que siempre repiten la silla. Fue impulsado por una coalición que apostó por el cambio. Y, para sorpresa de algunos, ganó.

¿Eso garantiza que todo será perfecto? Claro que no. Pero quienes lo eligieron sabían que no venía con las mismas mañas. Y eso, para Temixco, ya era un buen comienzo.

En los comentarios de las publicaciones —porque sí, leemos todo—, muchos usuarios han expresado su molestia. No con el gobierno, sino con la cantidad absurda de publicaciones negativas que parecen más spam político que queja legítima. Hay quienes, con razón, reclaman obras y resultados; pero también hay quien claramente no acepta que el poder haya cambiado de manos.

Otros, con más sensatez, han dicho lo evidente:

“Sí, hay personas de fuera en su equipo. Pero si son buenos y vienen a mejorar, ¿cuál es el problema?”

Y es que no se trata de dónde vienes, sino qué aportas. Quien piense que Temixco solo se salva con “puro Temixco” está más cerca del regionalismo chato que de una visión moderna de gobierno.

Israel Piña lo ha dicho: “El Ayuntamiento será para todos los temixquenses”. Y esa promesa sigue en pie, aunque no a costa de repetir las viejas prácticas. No es momento de premiar lealtades políticas, sino de construir resultados reales.

Apenas van 100 días. Tiempo insuficiente para transformar un municipio, pero suficiente para que se note el estilo. Y para quienes lo acusan de no cumplir, una respuesta basta: “A trabajo bien hecho, no existe reclamación”.

El gobierno de Temixco tiene mucho por demostrar, sí. Pero si algo necesita esta ciudad, no es más ruido, sino más trabajo y menos politiquería.


La opinión pública

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